Pueden ser necesarias muchas horas -o días- para lograr una
toma definitiva de una grabación de voz o cualquier otro instrumento: todo pasa
por contar con una planificación previa adecuada…
El sueño de todo productor, disponer de la toma perfecta a
la primera, suele ser algo extraordinario -también es cierto que muchas veces
depende de la destreza y experiencia de los músicos y solistas. En cualquier
caso, la valía del técnico contribuye sobremanera a ese resultado sorprendente,
y en sus manos recae el peso del acabado final, que no es baladí.
Por supuesto que la disponibilidad de un buen micrófono y un
previo de calidad son también determinantes. Pero ahora llamamos la atención
sobre una técnica muy habitual en los estudios de grabación, y no sólo para
grabación de voz, sino útil para cualquier instrumento. Nos referimos al
comping, que sugiere la idea de recopilar o reunir, como bien indica su
procedencia anglosajona del verbo “to compile“.
Dicho en pocas palabras, la técnica de comping implica la
grabación de varias tomas de audio para proceder con una selección posterior de
aquellas partes más valiosas: el objetivo es lograr el montaje de la mejor
versión a partir del material fuente. Puede parecer algo fácil de realizar, y
casi de juego -pero esta técnica requiere una planificación previa que a su vez
conlleva una correcta organización, un número determinado de tomas y un marcaje
claro e intuitivo de las mismas.
Muchos músicos y vocalistas son también partidarios de
someterse a esta técnica de grabación, pues facilita su trabajo. Se liberan así
de la presión de una toma única, al tiempo que pueden hacer diferentes pruebas.
Por su parte, los productores agradecen su flexibilidad y la abundancia de
material para su recopilación final de la pista de audio definitiva. Cuando los
costes de estudio son un parámetro a vigilar, los músicos y vocalistas graban
con premura varias tomas de su pista, y dejan que técnicos y productores
recopilen una sola pista de audio a partir de las mejores tomas.
El comping para grabación de voz requiere una correcta
organización, un número determinado de tomas y un marcaje claro e intuitivo de
las mismas…
Grabación de voz, técnica de comping
Desgranamos la técnica de comping para grabación de voz
Se suelen crear varios pases, y si bien dos tomas
entregarían material suficiente para la labor de comping, sus posibilidades se
amplían en función de las tomas disponibles. Tampoco se trata de grabar todas
las tomas que uno pueda: un material abundante para una grabación de voz,
dificulta de forma exponencial la organización del comping y su manejo. Cuando
se dispone de un alto número de tomas, se corre el riesgo de añadir confusión
al material, requiriendo entonces una mayor inversión de tiempo para su
organización.
Más de dos y nunca más de seis tomas acabadas por pista,
podría ser una regla -pero todo ello depende de la técnica de cada productor.
Algunos técnicos, incluso, mantienen al músico en grabación hasta lograr la
mejor toma posible. Después realizan pases extra de apoyo, que faciliten el
trabajo posterior de comping sobre la mejor toma ya conseguida.
Tu comping puede consumirte un tiempo razonable si eres
bueno organizando tu material al tiempo que escuchas cada toma. Crea marcadores
al vuelo cuando escuches las tomas que después te sirvan a modo de referencia.
Una aproximación para fragmentar tus tomas
En cuanto a la división apropiada de hacer un comping, si
bien puedes hacerlo según estimes adecuado, es decir, por palabras, acordes,
compases, etc., lo más apropiado es hacerlo por trozos, a ser posible, no muy
cortos. Musicalmente hablando, estas porciones serían las frases musicales.
Una frase musical es una unidad de medida musical, que
aunque es algo ambigua, debe tener un sentido musical concordante y cerrado de
principio a fin. Suelen estar construidas por la combinación de formas
melódicas, rítmicas y silencios
En el caso de la grabación de una voz, lo más adecuado sería
dividir la letra de la canción en frases con estructuras muy claras. Si estás
trabajando con una pista instrumental, las frases, aunque pueden discurrir de
forma diferente a las de la voz, siguen siendo la medida aconsejable.
Debes clasificar las diferentes frases musicales según la
calidad de las mismas. Puedes hacerlo apuntando observaciones como “óptima”,
“muy buena”, “regular”, “dudosa”, “mala”; o a través de las herramientas de los
propios programas como los colores, estrellas, puntuaciones, etc.
El proceso mecánico es muy sencillo. Dando por hecho que
utilizamos un DAW, se realiza mediante el uso de capas, así las diferentes
tomas se van apilando dentro de una misma pista de audio. Para escuchar las
distintas capas bastará con desplegarlas e ir conmutando el botón “solo” de
cada capa.
Comping en un software DAW
A partir de aquí, la idea es ir seleccionado las pistas
idóneas y eliminando todo el material que no sirve. Empieza por la tomas
etiquetadas como “óptima”. Si no eran lo que esperabas continua por las
clasificadas como “muy buenas” y así, sin descartar de antemano ninguna toma,
ya que muchas veces las primeras impresiones no son las más acertadas.
En muchas ocasiones, resulta más rentable volver a grabar la
toma en el momento que dejarla para después…
Si se da el caso de que una frase no funciona y ninguna de
las diferentes tomas del comping es apropiada, entonces deberás probar con una
división más pequeña. Llegado el caso, será conveniente volver a grabar la
toma. Por esto, deberás estar muy atento durante la grabación ya que, muchas
veces, será más rentable volver a grabar la toma en el momento que dejarla para
después.
La contrapartida obvia de la naturalidad
Mas allá de que esta técnica de producción, muy extendida
sobre todo para la grabación de voz, se haya convertido en un procedimiento muy
popular en los estudios de todo el mundo, conviene tener en cuenta que, aunque
resulta muy práctica y efectiva, hay que utilizarla con cierto cuidado.
¿Por qué no puedo utilizar el comping alegremente?
Básicamente, por un motivo, porque corres el riesgo de que la grabación pierda
naturalidad. No por nada, las grabaciones en directo u otras producciones
realizadas en estudio, pero en una sola toma, tienen una “magia especial” que
atrapa al oyente. Incluso, a pesar de que pueda haber algunas imperfecciones
puntuales, estas grabaciones suelen tener un carácter singular que se transmite
a la persona que las escucha.
No es que el ‘comping’ rompa necesariamente con esta magia,
pero es recomendable ser prudentes con su utilización. En cualquier caso,
independientemente de la técnica utilizada, un buen oído, un buen equipo y unos
buenos músicos siempre originarán una combinación ganadora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario